Mi objetivo era aprender a comer bien, estaba cansada de dietas que conseguía seguir un mes y luego me cansaba porque eran demasiado estrictas. Por eso decidí empezar a trabajar con Marta, porque no quería que me diera una dieta, sino que quería aprender a comer bien y ¡saber entender las etiquetas de los productos procesados! Desde el primer día que empecé a trabajar con ella me sentí comprendida y apoyada, ya que te ayuda en todo momento y te hace ver la importancia que tiene una buena alimentación. De hecho, no te prohíbe ningún tipo de comida, simplemente te hace ser más consciente de ello y eso me ha ayudado mucho a organizarme. Mi motivación no ha decaído en ningún momento durante estos 3 meses, sino que ha ido aumentando. Puedo decir que gracias a ella he aprendido a comer bien (que es muy diferente del comer poco) y a no prohibir. He visto la importancia de equilibrar el día a día, y sobretodo, de borrar mitos dentro de mi mente, que hasta hace nada pensaba eran ciertos.

Mi objetivo cuando he pedí ayuda a Marta era, por una vez en mi vida, ponerme delante de todo y todos y aprender a comer y gestionar la comida durante la semana, ya que, por trabajo, una de las comidas siempre es fuera de casa. Hemos empezado cambiando mis hábitos alimentarios a partir de lo que comía habitualmente para llegar a una planificación semanal de la compra y de las comidas con el fin de no perder mucho tiempo cocinando y tener un menú variado. Lo que más me gusta es aprender a dejar, paso a paso, aquellos hábitos no tan saludables y también el no sentirme culpable si salgo una vez a comer fuera. Además, he aprendido a comer legumbres y con sus recetas ahora sé cómo cocinarlas sin fallar.

El objetivo que tenía cuando empecé era el de controlar la “comida basura” y poder llegar a disfrutar de comer sano. Marta me ha ayudado mucho, poco a paco, a hacer pequeños pasos y a darme cuenta de que si a veces “nos caemos” no debemos sentirnos culpables, sino levantarnos y seguir caminando. El ejercicio de ir apuntando cada día lo que comes me ayudó mucho a ser consciente de lo que comía, mis emociones,... y el hecho de definir unos objetivos al principio me ayudó a tener claro mi meta. Hoy puedo decir que he aprendido a comer de una manera mucho más consciente y no dejando que la comida me controle a mí.

Conociéndome, a mí a mis eternas excusas para no cambiar de hábitos, creía que me costaría encarrilar el rumbo y aprender a comer bien. Con Marta y su acompañamiento a medida ha sido muy, muy sencillo. Y no solo aprender buenos hábitos nutricionales, sino a pensar en una misma, en dedicarme un tiempo para hacer deporte, meditar,...Lo mejor, gracias a su ayuda, he visto a mi hijo pedir comida saludable en lugar de otro tipo de alimentos. Es pura magia.